Difference between revisions of "Acoso escolar"
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=== Clarificación del constructo o concepto === | === Clarificación del constructo o concepto === | ||
+ | No resulta fácil llegar a una definición del concepto violencia entre iguales que suscite el consenso de la comunidad científica. Su conceptualización está muy ligada a las fuentes teóricas que la sustentan, al contexto en el que se desarrollaron los primeros trabajos y a los distintos enfoques desde los cuales se está abordando el problema en la actualidad. Una prueba de la “confusión” conceptual es la enorme proliferación de términos y la utilización que de los mismos se está haciendo: “agresividad”, “violencia” (Cerezo, 2002), “maltrato” (Defensor del Pueblo-UNICEF, 2000; Cerezo, 2002) “acoso”, “bullying” (Lowenstein, 1977; Olweus, 1978; Laslet, 1980; Floyd, 1989; Besag, 1989; Ahmad y Smith, 1990; Cerezo y Esteban, 1992; Cerezo 2001, 2002), “abuso entre iguales (Defensor del Pueblo, 2000; Cerezo, 2002), intimidación (Olweus, 1978), victimización, comportamiento antisocial (Olweus, 1998; Moreno Olmedilla, 2000). | ||
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+ | Muchos de dichos términos son utilizados como sinónimos hasta el punto de que no es infrecuente encontrar a lo largo de un mismo trabajo la utilización indiscriminada de uno u otro para referirse al mismo concepto; así Cerezo (2002) utiliza en el mismo artículo la siguiente nomenclatura bullying, abuso, maltrato y violencia entre iguales.. | ||
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+ | No ha sido ajeno a algunos de los primeros estudios sobre violencia escolar usar, como sinónimos, los vocablos “agresividad” y “violencia”. Desde la Psicología Social el término violencia es genérico y por lo tanto muy amplio mientras que el de agresividad es más concreto y delimitado. El primero se refiere al fenómeno en sí mismo, a determinadas formas de interrelación entre personas y grupos o a la propia estructura social; puede ser manifiesta o permanecer oculta en estado latente. Por el contrario la agresividad se concreta siempre en conductas cuya característica fundamental es la intencionalidad de causar daño. La teoría Conductista defiende esta segundo enfoque. Otras diferencias entre ambos constructos proceden del campo de la Psicología Educativa y de la Personalidad. En general, se admite la naturaleza dual de la agresividad, entendida como energía positiva y también como conducta intimidatoria. La agresividad como energía positiva permite la comunicación, la defensa propia y de los demás, así como enfrentar los problemas y solucionarlos; es el tipo de agresividad que se suele evaluar con el adjetivo “buena”. Pero la agresividad se describe con más frecuencia como ataque, daño a la integridad física o psíquica de otro ser vivo, “patrón persistente y repetitivo de conducta caracterizado por el ejercicio de la fuerza con la intención de causar daño o perjuicio a las personas y a los bienes y en el que destaca la violación de los derechos de los demás o de las reglas y normas sociales” (Diccionario de Psicología Santillana, 1989, 20); en este sentido el término agresividad se identifica con violencia. El término violencia designa una conducta que supone la utilización de medios coercitivos para hacer daño a otros y/o satisfacer los intereses del propio individuo (Ovejero, 1998; Trianes, 2000). | ||
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+ | La violencia entre escolares se denomina en la mayor parte de los países con el vocablo inglés bullying, (Lowenstein, 1977; Olweus, 1978; Laslet, 1980; Floyd, 1989; Besag, 1989; Ahmad y Smith, 1990; Cerezo y Esteban, 1992). En español, los términos por los que ha sido más traducido son intimidación, maltrato, acoso, victimación y abuso. | ||
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+ | Desde la definición dada por Olweus (1983), pionero en el estudio del fenómeno, el concepto se ha ido enriqueciendo con aportaciones de investigadores relevantes. Dicho autor describe la intimidación, el maltrato o acoso en la escuela como la “conducta de persecución física y/o psicológica que realiza el alumno o alumna contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden salir por sus propios medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos claramente negativos: descenso en su autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, lo que dificulta su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los aprendizajes”. En 1998 especificó algunas de las características que han sido aceptadas por la comunidad científica. Para que una conducta agresiva pueda considerarse maltrato entre iguales o acoso ha de ser intencionada, repetida en el tiempo de forma persistente y negativa para las víctimas. En esta misma línea se sitúan Smith & Sharp (1994), Rigby (1996), Cerezo (2001), Trianes (2000), Penella (1998). Ortega y Mora-Merchán (2000) añaden la característica injustificada. | ||
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+ | La definición de Farrington (1993) es muy similar a la de Olweus si bien destaca que el maltrato lo ejerce una persona con un poder mayor sobre otra que tiene menos poder. En esta misma dirección se mueven las definiciones de Rigby (1996), Ortega (1998), Díaz Aguado (2002 y 2006), Greene (2000) que, además, especifican la relación dominio-sumisión entre el agresor y la víctima de tal forma que la vida de la víctima puede llegar a ser insoportable. La acción intimidatoria suele ir de menos a más: del mote se pasa a la burla, después al hostigamiento, al aislamiento, al rechazo, al insulto, a la agresión física; en ocasiones a la muerte de la victima y a la exclusión. | ||
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+ | En general existe consenso bastante generalizado en considerar que el concepto violencia escolar entre iguales es una realidad compleja, un tipo de trastorno del comportamiento que trasciende al propio individuo y que implica intencionalidad de causar daño sin causa que lo justifique, se da de forma persistente en el tiempo, generalmente en una relación dominio-sumisión entre el agresor y la víctima, con secuelas negativas para ambos. | ||
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==== Tipos de violencia ==== | ==== Tipos de violencia ==== | ||
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=== Incidencia de la violencia === | === Incidencia de la violencia === | ||
=== Causas o factores que provocan la violencia entre iguales === | === Causas o factores que provocan la violencia entre iguales === |
Revision as of 18:53, 23 March 2017
Contents
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FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
Clarificación del constructo o concepto
No resulta fácil llegar a una definición del concepto violencia entre iguales que suscite el consenso de la comunidad científica. Su conceptualización está muy ligada a las fuentes teóricas que la sustentan, al contexto en el que se desarrollaron los primeros trabajos y a los distintos enfoques desde los cuales se está abordando el problema en la actualidad. Una prueba de la “confusión” conceptual es la enorme proliferación de términos y la utilización que de los mismos se está haciendo: “agresividad”, “violencia” (Cerezo, 2002), “maltrato” (Defensor del Pueblo-UNICEF, 2000; Cerezo, 2002) “acoso”, “bullying” (Lowenstein, 1977; Olweus, 1978; Laslet, 1980; Floyd, 1989; Besag, 1989; Ahmad y Smith, 1990; Cerezo y Esteban, 1992; Cerezo 2001, 2002), “abuso entre iguales (Defensor del Pueblo, 2000; Cerezo, 2002), intimidación (Olweus, 1978), victimización, comportamiento antisocial (Olweus, 1998; Moreno Olmedilla, 2000).
Muchos de dichos términos son utilizados como sinónimos hasta el punto de que no es infrecuente encontrar a lo largo de un mismo trabajo la utilización indiscriminada de uno u otro para referirse al mismo concepto; así Cerezo (2002) utiliza en el mismo artículo la siguiente nomenclatura bullying, abuso, maltrato y violencia entre iguales..
No ha sido ajeno a algunos de los primeros estudios sobre violencia escolar usar, como sinónimos, los vocablos “agresividad” y “violencia”. Desde la Psicología Social el término violencia es genérico y por lo tanto muy amplio mientras que el de agresividad es más concreto y delimitado. El primero se refiere al fenómeno en sí mismo, a determinadas formas de interrelación entre personas y grupos o a la propia estructura social; puede ser manifiesta o permanecer oculta en estado latente. Por el contrario la agresividad se concreta siempre en conductas cuya característica fundamental es la intencionalidad de causar daño. La teoría Conductista defiende esta segundo enfoque. Otras diferencias entre ambos constructos proceden del campo de la Psicología Educativa y de la Personalidad. En general, se admite la naturaleza dual de la agresividad, entendida como energía positiva y también como conducta intimidatoria. La agresividad como energía positiva permite la comunicación, la defensa propia y de los demás, así como enfrentar los problemas y solucionarlos; es el tipo de agresividad que se suele evaluar con el adjetivo “buena”. Pero la agresividad se describe con más frecuencia como ataque, daño a la integridad física o psíquica de otro ser vivo, “patrón persistente y repetitivo de conducta caracterizado por el ejercicio de la fuerza con la intención de causar daño o perjuicio a las personas y a los bienes y en el que destaca la violación de los derechos de los demás o de las reglas y normas sociales” (Diccionario de Psicología Santillana, 1989, 20); en este sentido el término agresividad se identifica con violencia. El término violencia designa una conducta que supone la utilización de medios coercitivos para hacer daño a otros y/o satisfacer los intereses del propio individuo (Ovejero, 1998; Trianes, 2000).
La violencia entre escolares se denomina en la mayor parte de los países con el vocablo inglés bullying, (Lowenstein, 1977; Olweus, 1978; Laslet, 1980; Floyd, 1989; Besag, 1989; Ahmad y Smith, 1990; Cerezo y Esteban, 1992). En español, los términos por los que ha sido más traducido son intimidación, maltrato, acoso, victimación y abuso.
Desde la definición dada por Olweus (1983), pionero en el estudio del fenómeno, el concepto se ha ido enriqueciendo con aportaciones de investigadores relevantes. Dicho autor describe la intimidación, el maltrato o acoso en la escuela como la “conducta de persecución física y/o psicológica que realiza el alumno o alumna contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden salir por sus propios medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos claramente negativos: descenso en su autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, lo que dificulta su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los aprendizajes”. En 1998 especificó algunas de las características que han sido aceptadas por la comunidad científica. Para que una conducta agresiva pueda considerarse maltrato entre iguales o acoso ha de ser intencionada, repetida en el tiempo de forma persistente y negativa para las víctimas. En esta misma línea se sitúan Smith & Sharp (1994), Rigby (1996), Cerezo (2001), Trianes (2000), Penella (1998). Ortega y Mora-Merchán (2000) añaden la característica injustificada.
La definición de Farrington (1993) es muy similar a la de Olweus si bien destaca que el maltrato lo ejerce una persona con un poder mayor sobre otra que tiene menos poder. En esta misma dirección se mueven las definiciones de Rigby (1996), Ortega (1998), Díaz Aguado (2002 y 2006), Greene (2000) que, además, especifican la relación dominio-sumisión entre el agresor y la víctima de tal forma que la vida de la víctima puede llegar a ser insoportable. La acción intimidatoria suele ir de menos a más: del mote se pasa a la burla, después al hostigamiento, al aislamiento, al rechazo, al insulto, a la agresión física; en ocasiones a la muerte de la victima y a la exclusión.
En general existe consenso bastante generalizado en considerar que el concepto violencia escolar entre iguales es una realidad compleja, un tipo de trastorno del comportamiento que trasciende al propio individuo y que implica intencionalidad de causar daño sin causa que lo justifique, se da de forma persistente en el tiempo, generalmente en una relación dominio-sumisión entre el agresor y la víctima, con secuelas negativas para ambos.
Tipos de violencia
Incidencia de la violencia
Causas o factores que provocan la violencia entre iguales
Factores individuales o personales
Factores centrados en el contexto escolar
Factores centrados en el contexto familiar
Factores centrados en el contexto social
Consecuencias de la violencia
En las víctimas
En los agresores
En el grupo
En la propia institución escolar
En la sociedad en general
Perfil de los agresores y víctimas
Características generales
Personalidad
Adaptación al ámbito social y escolar
Ámbito familiar
Estado de la cuestión
Líneas de investigación
Trabajos más relevantes en distintos países:
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Alemania
Países mediterráneos
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