Investigadores.15A.IsabeldeInglaterra.2018
Isabel I de Inglaterra
Isabel Tudor nació el 7 de septiembre de 1533, en Greenwich. Su llegada al mundo venía precedida de una auténtica revolución en la corte y el gobierno de su padre, Enrique VIII, quien se separó de su primera mujer, Catalina de Aragón, quien sólo le había dado una hija, la futura María I. Para conseguir el divorcio y poderse casar con su amante, Ana Bolena, Enrique rompió con el papado y se autoproclamó cabeza de la iglesia de Inglaterra. Pero cuando el bebé de Ana resultó ser otra niña, la decepción del regio padre fue importante. Poco tiempo después, la desdichada esposa daba a luz un bebé muerto, terminando con la paciencia de su esposo quien empezó a acusarla de adulterio y no dudó en condenarla a muerte. Ana Bolena moría decapitada el 19 de mayo de 1536. Isabel no encajaba entonces, como su media hermana María, en la nueva vida de su padre. Casado por tercera vez con Jane Seymour, con la que, al fin tuvo el ansiado heredero, deslegitimó a sus dos hijas mayores.
LA PRENSA ROSA DE UNA REINA VIRGEN
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Murió sin descendencia y, al parecer, siendo virgen; lo cual no quiere decir que no tuviese muchos amantes. La distinguían en el mundo como “reina virgen”. Conocida como "agenesia vaginal", que le impedía la realización del coito. Ni siquiera con su gran amor Robert Dudley, pudo intimar hasta ese punto, y eso que éste la visitaba continuamente en su dormitorio. Tomas Seymour fue, seguramente, el primer amor de la quinceañera Isabel. Ella, hija de Enrique VIII y la desdichada Ana Bolena, había llegado al trono con guerras y dificultades. Seymour se convirtió en su compañero de juegos. La cosa no acabó bien. Conspiró para llegar a casarse con ella y acceder al trono, pero fue descubierto y decapitado.
INFANCIA
Isabel tenía diez años cuando regresó a Greenwich, donde había nacido y estaba instalada la corte. Era una hermosa niña, despierta, graciosa pero sin desparpajo, pelirroja como todos los Tudor y esbelta como Ana Bolena. Allí, de manos de mentores, recibió una educación esmerada que le llevó a poseer una sólida formación humanística. Leía griego y latín y hablaba perfectamente las principales lenguas europeas de la época: francés, italiano y castellano.
Alejada de la corte tras la ejecución de Ana Bolena, Isabel pasó la mayor parte de su infancia en Hatfield House en Hertforshire, retirada de la corte por orden de Enrique VIII. Tuvo una infancia triste, aislada y sometida a los tejemanejes de las intrigas políticas y religiosas que a su alrededor se tejían contra sus hermanos Eduardo VI y María I. Sus madrastras Ana de Cleves y Catherine Parr la trataron con consideración y cariño. Catherine Parr intentó devolver a Isabel a la corte, lo que no consintió Enrique VIII.
MUERTE Y ENTIERRO: la muerte de ISABEL
Hacia el año 1598, Isabel parecía, según expresión de un mordaz cortesano, "una momia descarnada y cubierta de joyas". Calva, marchita y grotesca, pretendía ser para sus súbditos la encarnación de la virtud, la justicia y la belleza perfectas. Poco a poco fue hundiéndose en las sombras que preludian la muerte. La agonía fue patética.
El ataúd de Isa fue llevado río abajo en la noche a Whitehall, en una barca iluminada con antorchas, para luego ser dejada en capilla ardiente. En su funeral el 28 de abril, el féretro fue trasladado a la Abadía de Westminster en una carroza tirada por cuatro caballos con gualdrapas de terciopelo negro.
Enterrada en la capilla de Enrique VII de la abadía de Westminster, junto a su hermana María, la inscripción en latín sobre sus tumbas reza: «Compañeras en el trono y la tumba, aquí descansan, ISABEL Y MARÍA, hermanas, en la esperanza de la resurrección».