Campaña de Italia

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La campaña de Italia de 1796-97 supuso la contribución de una gran cantidad de territorios y riquezas a el Directorio de la Francia revolucionaria. A la vez, convirtió a Napoleón en una verdadera estrella entre los franceses, demostrando su increíble genio militar.

Contents

Antecedentes

Italia en 1796, antes de la Campaña

Con el estallido de la Revolución Francesa en 1789 y la proclamación de la República en 1792, Francia estaba en guerra con la Primera Coalición. Esta estaba formada por casi todos los países europeos del momento, principalmente Austria, Prusia, Inglaterra, España (hasta 1795) y el Sacro Imperio Romano Germánico. Por esto, el gobierno francés, que pasó de Convención a Directorio en 1795, necesitaba importantes aportes económicos para mantenerse por encima de la bancarrota, y también tenía que defenderse del constante ataque de la Coalición, a la vez que iniciaba una campaña expansionista.
Paralelamente, entre los asuntos familiares y sus "vacaciones" a Córcega, el joven Napoleón Bonaparte realizó algunas tareas importantes, como la recuperación del Puerto de Tolón (por la que se le concede el rango de general) y el sofocamiento de la revuelta del 13 Vendimiario (por lo que se le concede el rango de comandante del Ejército del Interior). Como consecuencia de todo esto, dos días tras su matrimonio con Josephina de Beauharnais el 9 de marzo de 1796, el Directorio le otorgó el comando del Ejército de Italia, que fue probablemente el mejor regalo de matrimonio posible para el joven general.

El Ejército de Italia

Retrato de Alexandre Berthier, de Jacques Augustin Catherine Pajou

En los días siguientes a la obtención del mando del mando del Ejército de Italia, Napoleón absorbió toda la información que pudo acerca de Italia. El 11 de marzo partió hacia su cuartel general en Niza. Al llegar, aunque había servido como teniente de artillería dentro del mismo ejército dos años antes, había cierto resentimiento hacia él entre los generales (Jean Sérurier, Pierre Augereau, André Masséna, Amédée Laharpe y Jean-Baptiste Meynier) sobre los que comandaba por la diferencia de experiencia y edad. Sin embargo, desde el principio mostró su espíritu de hiperactividad ante el trabajo, haciendo inspecciones del estado de todo el ejército y rápidamente estableciendo un minucioso plan de ataque, por lo que pronto ganó su respeto.
Les mostró a sus generales cómo la carretera Savona-Carcare se ramificaba en tres valles que llevaban a las llanuras de Lombardía. Napoleón creía que, tras marchar por ellos y pasar a ellas, si podía echar a los austriacos de esa zona y tomar la fortaleza de Ceva, podía conseguir que Piamonte-Cerdeña saliera de la guerra amenazando a su capital, Turín. El hecho de que esto significaba enfrentar 40.000 franceses contra 60.000 austriacos y piamonteses no le importaba, pues iba a usar la velocidad y la sorpresa para retener al iniciativa. Su plan se basaba en los Principes de la guerre des montagnes de Pierre Bourcet y en otro plan de ataque similar contra Piamonte que no llegó a llevarse a cabo durante el reinado de Luis XV.
Sin embargo, este plan tendría que esperar, pues la situación del ejército era lamentable. Debido al carácter marginal —en cuanto a lo que al Directorio le concernía— de la Campaña con respecto a la del Rin, Napoleón sólo tenía 40.000 francos para pagar toda la Campaña. Cuando llegó a Niza, hacía un frío invernal, no había habido carne para comer en tres meses, y el pan sólo llegaba periódicamente. No tenían caballos para cargar con la artillería, y muchos soldados no tenían zapatos. También, la fiebre se extendía rápidamente por todo el ejército. Por esto, solicitó un préstamo de 3.000.000 francos, 5.000 pares de zapatos, y desbandó los regimientos que amenazaban con amotinarse. Junto a esto, convirtió al ingeniero Alexandre Berthier en su lugarteniente, que resultó ser muy eficiente. Gracias a este, Napoleón pudo solucionar los problemas de aprovisionamiento y comunicaciones de una manera relativamente rápida, y así entró en acción.

Piamonte

El 2 de abril, Napoleón re-ubicó su cuartel general a Albenga, en el golfo de Génova. Los austriacos estaban mandando un ejército hacia Piamonte para combatir contra los franceses, y los piamonteses estaban apoyados por la flota inglesa. Por esto, Napoleón tuvo que atravesar los altos pasos de montaña de Liguria. Al llegar, Napoleón decidió enfrentarse contra el enemigo entre Carcare, Altare y Montenotte. El general austriaco era Johann Beaulieu, de setenta y ún años de edad, que tendía a ser demasiado cuidadoso. Napoleón planeaba usar lo que ahora se conoce como la 'estrategia de la posición central'. Esta consiste en posicionarse entre las dos divisiones del ejército enemigo, atacando a uno y luego al otro antes de que pudiesen agruparse (Napoleón utilizó mucho esta estrategia a lo largo de su vida militar). Iba a empezar su ofensiva el 15 de abril, pero los austriacos y los piamonteses comenzaron cinco días antes. Tuvo que retirarse de Savona, pero pudo organizar un contraataque en Montenotte, pues el ejército austriaco se había sobre-extendido. Cuando acabó la lucha, los austriacos habían pedido 2.500 hombres, mientras que los franceses 800. Un día después, Napoleón les atacó otra vez en Millesimo, donde consiguió separar las fuerzas austriacas y piamontesas. Como los piamonteses querían proteger su capital en Turín, y los austriacos querían proteger Milán, Napoleón les forzó a retroceder al pueblo fortalecido de Dego, donde les venció por tercera vez. Las pérdidas austro-piamontesas en esa batalla fueron casi cuatro veces mayores a las francesas. Una semana después, en la batalla de Mondovì, cerca del río Ellero, Napoleón fijó el frente piamontés e intentó una maniobre que devastó la moral enemiga en cuanto se completó. El día siguiente, los piamonteses pidieron la paz. Esto era bastante afortunado para Napoleón, que no tenía herramientas de asedio para sitiar Turín. El 26 de abril, Napoleón dio a sus soldados uno de sus inspiradores discursos, felicitándoles por su esfuerzo y haber podido dar tanto sin recibir nada.
Las negociaciones de paz con Piamonte se iniciaron inmediatamente. Napoleón era inamovible en muchos puntos, como la cantidad de fuertes que pasarían a la propiedad de la República. El 28 de abril, a la primera hora de la mañana, les comunicó que el ataque general (que claramente era imposible) llegaría a las dos de la tarde, y que si la fortaleza de Coni no estuviese en sus manos hacia esa hora, dicho ataque no se retrasará ni un momento. El armisticio se firmó poco después: Tortona, Alessandria, Coni y Ceva pasaban a manos francesas, junto con la ruta a Valence y todo el territorio entre Coni y los ríos Stura, Tanaro y Po. También, Napoleón insistió en un acuerdo secreto que le permitiera utilizar el puente sobre el Po en Valenza, sabiendo que sería comunicado a los austriacos, mientras que en realidad lo iba a cruzar 110 Km. al este, cerca de Piacenza. Claro, este acuerdo de paz no había sido aprobado por el Directorio, así que le prometió que mandaría contribuciones de varios millones de francos del Duque de Parma y otros 15 millones de francos de Génova.

Hacia Austria

Parma

Beaulieu había caído en el engaño de Napoleón, y por lo tanto, había estado vigilando Valenza. Sérurier y Masséna se desplazaron hacia allí para confundirlo, y Augereau se sumó a la confusión, plantándose entre Piacenza (en Parma) y Valenza, mientra que Napoleón se desplazaba lo más rápido que podía hacia Piacenza. Aunque Parma era técnicamente neutral, Napoleón sabía que su duque era hostil, e ignoró lo que se consideraría como ley internacional del momento al cruzar la frontera. Tras cruzar el Po, Napoleón entró en Piacenza, donde confiscó numerosos caballos para llevar sus cañones y suministros. Poco después firmó un pequeño armisticio con el Duque, y envió varias piezas de arte importantes a Francia.

Lodi

Napoleón en la Batalla de Lodi (1804), de Louis Lejeune

El 10 de mayo, el ejército austriaco se estaba retirando hacia Milán por medio del pueblo de Lodi, en la ribera derecha del rió Adda. Napoleón mandó a Marmont y Lannes para perseguir la retaguardia austriaca a través del pueblo, pero fueron detenidos por disparos de cañones desde el otro lado de un puente de 180 metros de longitud y 9 de amplitud. Napoleón rápidamente tomó comando de los dos primeros cañones que pudo encontrar y los dirigió para intentar que los austriacos no destruyeran el puente, mientras que pedía más cañones y colocaba francotiradores en los tejados cercano y la ribera del río. El comandante de la retaguardia austriaca tenía cerca de 9.500 hombres y 14 cañones cubriendo el puente, por lo que en cambiar la posición se podrían pasar días. Por esto, Napoleón decidió que habría que atacar el puente lo antes posible. Para las cinco de la tarde, tenía 30 cañones en posición y había mandado 2.000 soldados de caballería para intentar encontrar otra manera de cruzar el río. Tras esto, formó a los 3.500 soldados de la columna de Dallemagne en el otro lado del pueblo y les arengó vivamente. Le ordenó a Berthier que doblara el ritmo de disparo de la artillería, y mandó a las semi-brigadas ligeras 27 y 29 a cruzar el puente, en medio de la metralla austriaca. Los primeros soldados fueron reducidos a la nada, pero algunos pudieron saltar al río y continuaron a disparar desde allí, mientras llegaban más y más oleadas de soldados al puente. Así, el puente fue tomado, y esta batalla se convirtió en una leyenda napoleónica.
El 15 de mayo, Napoleón entró en Milán, triunfante. Un día después, proclamó la creación de la República de Lombardía, que sería independiente, pero gobernada por italianos que respaldaban a la Revolución (Giacobini, o patriotas). Esto incitó el comienzo del nacionalismo italiano. También abolió las instituciones gubernamentales austriacas y reformó la Universidad de Pavia, entre muchas otras cosas.

El Quadrilatero

Había cuatro fortalezas que eran la clave al poder de Austria en el norte de Italia: Mantua, Peschiera, Legnagno y Verona. A estos se les conocía con el nombre del Quadrilatero.
El 2 de junio, Napoleón comenzó el asedio de la bien aprovisionada Mantua. Sus fuerzas estaban estirándose, pues todavía tenía que conquistar el castillo de Milán, y estaba vigilando la vuelta de las fuerzas austriacas del Tirol mientras vencía levantamientos anti-franceses en el norte. Tras la batalla de Borghetto, Beaulieu fue sustituido por Dagobert von Wurmser por orden del Emperador Francisco I de Austria. Más tarde, Nápoles firmó un armisticio tras ser amenazado con invasión. Entre el 18 y el 19 de junio, Napoleón entró en Módena y luego Boloña, de donde expulsó las autoridades papales. A finales de junio llegó a un acuerdo con el Papa, que incluía una 'contribución' de 15 millones de francos, más 100 piezas de arte y 500 manuscritos de la biblioteca del Vaticano. El 27 de junio, la flota inglesa fue expulsada de Livorno, y 27.000.000 francos en valor de su mercancía fueron capturados. Dos días después, el castillo de Milán calló tras 48 horas de bombardeo. Los ingleses reaccionaron el 11 de julio tomando la isla de Elba, acción tras la cual Napoleón dijo: "No tendremos derecho para quejarnos de una violación de neutralidad, de la que nosotros mismos hemos dado ejemplo". Poco después, extrajo una 'contribución' del Gran Duque de Toscana, el hijo menor del Emperador austriaco. El 1 de julio, entró en Florencia, donde la población se agrupó entera en la calle principal para verle.
El 11 de julio, tras miles de cartas pidiéndole que viniese a verle, Josephina llegó a Milán, por lo que Napoleón cruzó por Peschiera, Brescia, Tortona, Modena, Bologna, Livorno, Florence, Roverbella y Verona, acobardó a toda italia central y extrajo contribuciones de más de 40.000 francos en dos días para llegar allí y verla. No obstante, sólo pudo verla durante dos días, pues Wurmser estaba llegando.
El 15 de julio, Wurmser se dirigía hacia el sur con 50.000 hombres, y Napoleón tenía que capturar Mantua antes de que llegasen los austriacos para aliviarla. El enemigo iba a rodear el lago Garda por un lado (este) con 32.000 hombres en cinco columnas bajo Wurmser, y por el otro (oeste) con 18.000 bajo el general Peter von Quadasnovich. Napoleón dejó a Sérurier con 10.500 hombres sitiando Mantua, mientras que mandó 4.400 hombres bajo el general Pierre-François Sauret para ralentizar a Quadasnovich, 15.400 con Masséna por el lado este del lago, 4.700 con el general Hyacinthe Despinoy para proteger la línea Peschiera-Verona y 5.300 con Augereau para vigilar las carreteras del este, quedándose los 1.500 de caballería de Kilmaine como reserva. Napoleón se movía constantemente entre Brescia, Castelnuovo, Desenzano, Roverbella, Castiglione, Goïto y Peschiera, dependiendo de cual le permitía ver mejor el estado actual de la campaña. Como era de esperar, el 29 Quadasnovich hizo retroceder a Sauret, y a las tres de la mañana del mismo día, Masséna fue atacado en La Corona y Rivoli por una gran cantidad de soldados. Junto a esto, el 30 los austriacos realizaron lo que ahora se llama la 'Sorpresa de Brescia', en la que tomaron la guarnición de Brescia y sus hospitales con sólo tres muertos y once heridos. Ahora, la fuerza principal de Wurmser estaba a su noroeste, y Napoleón sabía que si luchaba contra él y no conseguía la victoria absoluta, perdería Mantua de todas maneras. Por esto, decidió terminar con Quadasnovich. Aunque no lo consiguió en su totalidad, sí que pudo confundir a Wurmser y dejar a Quadasnovich fuera de la acción. Debido a la cobardía del general Antoine La Valette, Napoleón había perdido Castiglione, pero Augereau pudo recuperarla. Tras retomar lo perdido y casi destruir el ejército austriaco el 5 de agosto, Napoleón pudo dejar tiempo a que sus tropas se recuperasen mientras continuaba el sitio de Mantua.
A finales de agosto, Napoleón fue informado que Wurmser iba a intentar de nuevo aliviar a Mantua. No obstante, pudo derrotarlo y lo obligó a entrar en Mantua. Sin embargo, aunque ya no había amenazas inmediatas, sí que había la posibilidad de un tercer intento por parte de los austriacos de aliviar Mantua, y también había que firmar la paz con Nápoles. Esto último lo hizo Napoleón el 10 de octubre, y como de costumbre, lo hizo sin el permiso del Directorio. El 16, también con casi ningún permiso del Directorio, proclamó la República Cispadana.

Napoleón en la Batalla del Puente de Arcole, de Antoine-Jean Gros

A principios de noviembre, los austriacos estaban preparados para la tercera ofensiva. El general József Alvinczi sería el líder del nuevo ataque, y Napoleón dijo más tarde que Alvinczi era el mejor general contra el que había luchado hasta el momento. Alvinczi ordenó a Quadasnovich y al general Giovanni di Provera que se re-ubicaran a Vicenza. Durante el trayecto, Masséna atacó la columna de Provera en Fontaniva y Augereau, bajo la supervisión de Napoleón, atacó la de Quadasnovich mientras emergía de Bassano, aunque no pudo hacerle cambiar de dirección. Por esto, Bassano se considera la primera derrota de Napoleón, aunque no fue grave. No obstante, en las batallas siguientes, como en la de Caldiero, Napoleón no ganó mucho territorio. Por esto, tuvo que decidir sobre un atrevido plan de combate: se colaría por detrás de Alvinczi en Villanova para hacerle luchar por su línea de retirada en tierras tan llenas de campos de arroz que sus altos números no contarían para nada. No obstante, aunque sí que logró algunas victorias, como la de Arcole, también tuvo bastantes pérdidas. El 6 de enero de 1797, Napoleón recibió noticias de que Alvinczi estaba moviéndose hacia el sur, con la intención de aliviar Mantua de una vez por todas. La batalla decisiva, según Napoleón, sería en la meseta sobre Rivoli. Esta batalla, que en un momento parecía ser de los austriacos, resultó en su desastrosa retirada, con los franceses persiguiéndolos hasta que Napoleón fue informado que Provera se dirigía hacia Mantua, por lo que mandó a Masséna para ayudar a Augereau, que estaba todavía sitiando la ciudad. No obstante, para cuando llegó Napoleón, Provera estaba atrapado entre Masséna y Augereau en La Favorita y se rindió antes de la inevitable masacre. Tras esto, el 2 de febrero, Mantua se rindió. El sitio había durado ocho meses, y habían muerto dentro de la ciudad 16.300 soldados austriacos, junto con muchos más civiles, que se habían reducido a comer ratas y perros. Esta victoria causó una sensación inmensa en París. También, fue tras esta parte de la campaña que Napoleón inició su máquina de propaganda, utilizando los periódicos y hasta creando uno nuevo para influenciar la opinión pública, que ya estaba claramente en su favor.
A la vez, el papado estaba de nuevo luchando por sus 'derechos', hasta que una pequeña fuerza francesa derrotó todas las fuerzas papales que se encontró. Con eso, el Papa firmó un nuevo acuerdo de paz, en el que cedía Romaña, Boloña, Aviñon y Ferrara, cerraba todos los puertos a los ingleses, y hacía una 'contribución' de 30 millones de francos y 100 piezas de arte.

Austria

El 10 de marzo de 1797, Napoleón inició la campaña hacia Viena que había prometido al Directorio. En su contra tenía al Archiduque Carlos, que ya había derrotado totalmente a los dos ejércitos de la campaña del Rin, a la que el Directorio había en un principio dado tanta importancia. Como apoyo a la defensa austriaca, Inglaterra le dio a la corona de los Habsburgo un préstamo de 1.62 millones de libres, equivalente a más de 40 millones de francos. El 16 de marzo Napoleón cruzó el río Tagliamento, infligiendo una pequeña derrota en el Archiduque en Valvassone, que se amplificó cuando el general Jean-Baptiste Bernadotte capturó un destacamento del ejército austriaco que se había separado del resto de él. Napoleón se quejaba de lo grande que era la leyenda del Archiduque comparado con su verdadera habilidad, pues según él cometía errores a cada paso, y todos ellos eran bastante 'estúpidos', y diciendo que hasta entonces "[...] el Archiduque Carlos ha maniobrado peor que Beaulieu y Wurmser". Sin ninguna gran batalla entre el Archiduque y Napoleón, con éste acercándose cada vez más a Viena, y un renovado ataque en el frente del Rin y Alemania, los austriacos decidieron aceptar un armisticio en Leoben el 2 de abril, a tan sólo 130 Km. de Viena.

La Paz y el Fin de la Campaña

El Tratado de Leoben

Durante las negociaciones con Austria, en las cuales fue Napoleón que representó a Francia y no un plenipotenciario de París (lo que demuestra el poder que ya ostentaba), Napoleón tuvo que ocuparse también de Venecia, que protegía celosamente su libertad y estaba incitando a un levantamiento en sus alrededores. No obstante, esta situación no se solucionó hasta más tarde del fin de las negociaciones. Cuando estas terminaron, el 19 de abril (aunque oficialmente el 18), se acordó que Austria cedía Milán y Modena a Francia, junto con los países bajos austriacos; que Austria reconocería las fronteras constitucionales de Francia (que se extendían hasta el Rin) mientras Francia reconocía la integridad del imperio de Francisco I; y que todo el territorio italiano al oeste del río Oglio pasaba a formar parte de la República Cispadana, mientras que todo el territorio al este pasaba a manos austriacas, incluida la correspondiente parte de Venecia (Napoleón estaba asumiendo que podría encargarse de la situación en Venecia antes de ratificarse el tratado).
La situación en Venecia terminó tras la destitución de la oligarquía gobernante y la implantación de un gobierno de paja pro-francés. El 23 de mayo ocurrió una situación similar en Génova, que terminó poco después, y el 7 de julio de 1797, Napoleón publicó la constitución de la nueva República Cisalpina, que consistía de Milán, Como, Bérgamo, Cremona, Lodi, Pavia, Varese, Lecco y Regio de Calabria.

La Paz de Campoformio

Europa central tras la Paz de Campoformio

Aunque el Tratado de Leoben había planteado todo lo que quería Napoleón, no era definitivo, por lo que, tras el 18 Fructidor, comenzó las negociaciones de Campoformio. Estas duraron hasta octubre, cuando la más o menos temprana nevada le obligó a apresurarlas. Así, el 17 de ese mismo mes firmó la Paz de Campoformio, aunque tendría que se ratificada en Rastatt. En esta se estipulaba que:

  • Francia se apropia de los Países Bajos austriacos y de la Dalmacia Veneciana.
  • El Sacro Imperio Romano Germánico será re-modelado por Francia.
  • La República Cisalpina se consolida.

Consecuencias

Desde el principio de la Campaña, Napoleón había cruzado los Alpes y los Apeninos; derrotado seis ejércitos austriacos; matado, herido o capturado 120.000 soldados; transformado de un soldado desconocido a el general más conocido de Europa; firmado seis grandes paces sin ayuda de su gobierno; experimentado con teorías militares con las que muchas otras personas habían fallado; derrotado a algunos de los generales austriacos más importantes... Todo esto y muchas cosas más antes de los 28 años. Su gran inteligencia estratégica e increíble memoria le permitieron mantener todas las variables bajo control, mientras que su habilidad para arengar y avivar el espíritu de sus tropas le permitió mantenerlos luchando aunque la situación parecía totalmente en su contra. Finalmente, consiguió enormes contribuciones para el Directorio que salvaron económicamente al país.
Todo esto demuestra lo impresionante y ambicioso que era Napoleón, incluso en lo primero de su carrera, y lo poderoso y popular que se estaba haciendo entre los franceses. A raíz de esta y de la siguiente Campaña de Egipto pudo convertirse en Cónsul, Emperador y dueño de Europa, marcando la política del siglo XIX y la historia hasta hoy en día.

Fuentes de Información