Lepra
La lepra es una enfermedad infecciosa, de nula transmisibilidad cuando está debidamente tratada, aunque los pacientes que no reciben tratamiento (o cuando éste es inadecuado) sí constituyen una fuente de contagio, debido a la reacción inmune a alguna de las bacterias
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Historia
La lepra fue históricamente incurable, mutilante y vergonzosa.
Antigüedad
Se sabe que afecta a la humanidad desde hace al menos 4000 años, cuando en 2009, en una excavación arqueológica llamada Balathal (Rayastán, al noroeste de India), se encontraron en lo que había sido un asentamiento (chozas de piedra y ladrillos de barro, y donde cultivaban la cebada) los restos óseos de un varón adulto de unos 30 años de edad con muestras de haber padecido esta enfermedad y no haber recibido ningún tipo de tratamiento para curarla. Dichos restos estaban enterrados en ceniza de estiércol de vaca dentro de un recinto de piedra de paredes gruesas en los límites de dicho asentamiento. La datación por radio carbono indicó que el esqueleto fue enterrado entre el 2500 y el 2000 a. C.
La anterior evidencia más antigua de la lepra era un esqueleto egipcio del siglo II a. C.
Edad Media
Durante la Edad Media, los que padecían esta enfermedad llevaban unas pequeñas tablas en la mano, llamadas tablillas de San Lázaro, las cuales al golpear entre sí avisaban a la gente de su paso. San Lázaro es el santo de los leprosos y los mendicantes.
Siglo XX
La lepra siguió siendo estigmatizante durante siglos. Todavía en 1909, en España se decretó ―por demanda de la Sociedad de Patologías Exóticas― «la exclusión sistemática de los leprosos» y su "reagrupamiento" en leproserías como medida esencial de profilaxis. El estigma social que se asoció con las formas avanzadas de lepra continúa en muchas regiones, y sigue siendo el mayor obstáculo para los tratamientos precoces. En 1995, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimaba que entre dos y tres millones de personas en todo el mundo estaban en situación de discapacidad permanente por lepra. Aunque las forzadas cuarentenas o segregación de pacientes, constituyen medidas innecesarias y no éticas, aún se mantienen leprosarios en los siguientes países:
- Argentina
- Brasil
- China
- Egipto
- España
- India
- Japón
- Liberia
- Nepal
- República Dominicana
- Rumania
- Somalia
- Tanzania
- Vietnam
Actualmente se sabe fehacientemente que muchas de las personas que fueron segregadas en esas comunidades, como presuntos leprosos, en realidad padecían sífilis (que sí es altamente contagiosa). La última leprosería de Europa Occidental es el Sanatorio de Fontilles, que se encuentra en Vall de Laguar (provincia de Alicante, España).
Patogenia e inmunidad
La semiología de la lepra es en función de la reacción inmune del paciente, a alguna de las bacterias que producen citoquinas (que inducen y median la activación macrofágica y fagocitosis). Pudiendo tomar dos formas: tuberculoide: produce grandes manchas hiperestésicas y más tarde anestésicas. Son pacientes con una fuerte reacción celular pero baja humoral (baja titulación de anticuerpos): presentan por lo tanto reacción positiva a la lepromina. Los tejidos infectados normalmente tienen muchos linfocitos y granulomas, pero relativamente pocas bacterias. lepromatosa: origina grandes nódulos en la piel o lepromas. La progresión de las lesiones causa grandes deformaciones.26 En la lepra lepromatosa aparecen numerosas máculas eritematosas, pápulas o nódulos. Existe extensa destrucción de tejidos, como por ejemplo cartílago nasal y orejas, apareciendo en fases avanzadas la típica "facies leonina", caracterizada por múltiples nódulos o lepromas diseminados en la cara y pabellones auriculares, pómulos pronunciados debido a la infiltración reactiva inmunológica y caída de la cola de las cejas. También hay afectación difusa de los nervios periféricos con pérdidas sensoriales. Su difusión es más frecuente en los países tropicales a templados.
Contagio
Se produce, entre un enfermo con posibilidad de transmitir la enfermedad (ya que no todos los que padecen lepra eliminan bacilos fuera de su organismo, posibilidad que se elimina al administrar medicación) y una persona sana susceptible (debido a una predisposición genética, ya que la mayoría de las personas posee resistencia natural al Mycobacterium leprae ). Es decir, que debe conjugarse un enfermo que actúe como agente infeccioso y otra persona sana con una predisposición especial, durante un período de varios años, para que suceda el contagio. Se estima que entre dos a tres millones de personas están permanentemente discapacitadas debido a la lepra. India es el país con mayor número de casos, Brasil ocupa el segundo lugar, y Birmania el tercero.
Tratamiento
Históricamente, ignórandose las causas que provocan la enfermedad, se recurría a diversos rituales y oraciones religiosas Aceite de ginocandia: A principios del siglo XX se utilizó aceite de ginocandia (extraído de semillas del Chaulmoogra) en inyección de ésteres etílicos. En 1908, la empresa farmacéutica Bayer difundió el preparado antileprol. En 1923 todavía se encontraban alabanzas al aceite de ginocandia en la publicación "Estudio crítico de los modernos tratamientos de la lepra" publicado por Abal (médico residente de Fontilles) y por Guillén (director médico de este leprocomio), en una comunicación al Segundo Congreso de Ciencias Médicas de Sevilla, que la consideraba la mejor medicación «hasta que se obtenga el cultivo del bacilo». Los primeros tratamientos eficaces aparecieron a fines de 1930 con la introducción de la sulfona dapsona y derivados. Sin embargo, aparecieron cepas del bacilo de la lepra resistentes a la dapsona. Es en los años ochenta cuando se produjo un gran avance para conseguir la curación de la enfermedad por medio de tratamiento con administración de varios fármacos de forma simultánea (MDT). Actualmente: Se administra por vía oral Dapsona (DDS) 50 a 100 mg/día, y simultáneamente rifampicina 10 mg/kg por día para reducir la posibilidad de resistencia a DDS. Si hay fiebre, granulocitopenia o ictericia, se interrumpe la DDS y se administra clofazimina 1 a 4 mg/kg por vía oral[cita requerida]. Según las recomendaciones médicas actuales, el tratamiento de la enfermedad debe prolongarse entre seis meses y dos años, según las formas, y se basa en la administración de sulfonas junto a los otros fármacos ya mencionados (rifampicina y clofazimina). En 1987, el médico e investigador venezolano Jacinto Convit fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias por descubrir la cura para esta enfermedad.
Bibliografía
- LA REVISTA DIGITAL DE LAS BIBLIOTECAS DE VILA-REAL (2015).Peste, cólera, lepra : grandes pandemias y epidemias de la literatura. Consultado el día 15 de junio del año 2015.En: https://bibliotecavilareal.wordpress.com/tesoros-digitales/epidemias/
- Lepra. (2015, mayo 12). Wikipedia: La enciclopedia libre. Consultado el 15 de junio de 2015. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Lepra